LA HERMANA JI

Desde que tengo uso de razón por decirlo de algún modo, porque la verdad es que la razón no es algo que abunde en mí, siempre soñé con tener una hermana menor. 

Sí, una hermanita con la que podría jugar y a quien enseñarle todo lo que he aprendido en este paso por la vida. 

Fue tan grande mi deseo que se hizo realidad. El asunto es que no dimensioné todo lo que involucraba mi anhelo. 

Es que hoy tengo una hermana 15 años menor que es hermosa y con una personalidad arrolladora. ¿Pueden imaginar lo que puede conllevar esto?

Mi ropa jamás está en mi armario, cuando quiero usar algo debo ir a buscarlo entre sus cosas o directamente entre la ropa sucia, pero hay algo aún peor, es esa extraña generosidad que la caracteriza, pero… con MIS cosas.

Ayer fui por mi pantalón nuevo y adivinen qué pasó, no estaba por ningún lado. 

Comencé una búsqueda casi frenética porque se hacía tarde para mi cita; cuando de pronto, aparece una de las nuevas amigas de mi hermana y me llevé la sorpresa del siglo, ella traía puesto “mi pantalón”.

La situación era tan ridícula que no sabía si reír o llorar... pero de ira. 

Bien saben las que como yo son hermanas mayores, que cuando estas pequeñas comienzan su etapa de carrete automáticamente se acaban los tuyos, o en su defecto se ven limitados por los horarios y distancias que debes recorrer para ir por la enana. 

Extrañamente de un día a otro en la calle te comienzan a llamar "señora". ¿Señora yo? pero si no me he casado, no tengo hijos y me van a perdonar pero tan mal no estoy.

Ni hablar de cuando en la calle te gritan suegra, ahí sí hay que tener ovarios para no caer en depresión. 

¿Tan a mal traer estoy que ahora todos creen que mi hermana es mi hija? En qué momento olvidé usar mi crema antiarrugas, bah! si yo no uso, claro como no me maquillo, mi piel es mucho más sana de lo normal o al menos eso pensaba yo. 

Y ni hablar de sus gustos, pueden creer que le gustan los papás de sus amigos, en vez de los chicos de su edad. Yo no sé si está buscando pololo o papá, es que esos hombres son viejos incluso para mí y eso que yo no soy del tipo de mujeres que anda por la vida con un Toy Boy. 

Ni hablar de sus amigas que tienen el ATREVIMIENTO de decirme tía. 

Sinceramente, la amo con todo mi corazón, pero voy a tener que contratar una psiquiatra para poder superar todo lo que involucra esta nueva raza, porque más que una nueva generación es una raza totalmente fuera de serie.