sábado, 11 de febrero de 2012

¡SOLTERA Y QUÉ!



Debemos reconocer que la soltería es agradable, pero hasta cierto punto.
Cuando todas tus amigas están casadas eres la envidia de muchas porque nadie te pide explicaciones, llegas a casa a la hora que quieres, sales con quién se te antoja, las vacaciones las eliges tú y ni hablar de cambiar pañales ni desvelarse a media noche por los llantos o pesadillas de los niños.
El asunto es que claro, me pongo la ropa que yo quiero, gasto mi sueldo a mi antojo; pero alguien ha pensado lo que es estar soltera después de los treinta y tantos.
Les contaré desde mi vereda que no es tan fantástico como muchas piensan.
Todas mis amigas están casadas y no tengo con quién salir, mientras yo les estoy contando sobre el tipo que conocí en el happy hour de la semana ella cambia pañales y alimenta a sus 2 peques que no pasan de los 3 años, por lo que es obvio no me puede prestar mucha atención, me habla de los problemas con el marido, la nana, los pediatras, las estrías y todo lo que significa ser mamá y pareja el día de hoy. Entre pañal y pañal intento contarle mi dilema de aquel personaje que conocí esta semana y ella no para de sacarme encara que soy una loca, que cuándo voy a sentar cabeza y un largo etcétera.
Si voy a un bar y conozco a alguien por alguna extraña razón asumen que por mi edad ya no hay conquista, no hay galantería, ni nada de nada. El asunto va así, si no le das tu teléfono, facebook, twitter y todo medio de comunicación social que se preste de tal, se va todo a la mierda.
Primera cita y vamos con el intento de besuqueo,  si no accedes se acaba la noche, pide la cuenta y te despacha para la casa, si tienes suerte te va a dejar (recomendación transporte propio para evitar el bochorno).
Si accedes al besuqueo, en menos de lo que te fumas un cigarro ya te están intentando meter mano, si no te gusta eres una cartucha. Si accedes al manoseo aquel ya sabes que la noche no termina allí, se viene la clásica y horrorosa frase “¿tu casa o la mía?”.
Todo mal, de verdad ¿en qué manual decía que pasados los treinta se acabó el romanticismo?, ¿quién dijo que ahora la ley era donde te pillo te mato?
No señores, sepan que por eso hay tanta mujer soltera a esta edad porque a ustedes se les olvidó cómo conquistar y a nosotras cómo ser conquistadas.
No soy cartucha, no creo en el príncipe azul, pero sí creo que aún tengo derecho a sentir como antes.







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