Comienza el día, ella abre los ojos y su primera
preocupación es estirar bien sus músculos, piensa que es la base de su figura
estilizada, iniciar la mañana con una buena elongación es su ley.
Se dirige a la cocina y allí ve su desayuno favorito, nada
mejor que una buena comida baja en calorías para juntar energía.
Afuera el sol de media mañana comienza a iluminar las calles
de la ciudad, esto indica que es el momento perfecto para dar un buen paseo por
el parque y así liberar tensiones, todos sabemos que vivir en la capital
inevitablemente nos provoca mucho estrés.
Mientras camina entre los verdes árboles disfruta mirando a
los niños que juegan y corren por todos lados, a ratos incluso se anima a jugar
con ellos. Respira profundo mientras intercala caminata y carreras.
Muy cansada regresa a casa, bebe mucho líquido para
hidratarse luego de este gran esfuerzo físico, después de todo fueron al menos
2 a 3 horas dando vueltas por el parque.
Ahora se prepara para ir a una sesión de peluquería y spa,
este es su momento favorito de la semana, aquí se relaja al máximo, se pone
bella y siente como la miman al máximo. Sale de allí con su pelo renovado, sus
uñas parecen sacadas de una publicidad y su cara definitivamente lo expresa
todo.
Una vez en casa decide comer algo más, no le viene mal ya
que ahora toda su comida es dietética, ya saben, es lo que se lleva ahora y
ninguna comida es perfecta si luego no duermes una reponedora siesta.
Al despertar me mira y me pasa su juguete favorito y quiere
que juegue con ella un rato.
De verdad después de todo esto pobre del que vuelva a decir
de forma despectiva “vida de perros”.
Yo quisiera una vida así!
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