sábado, 11 de febrero de 2012

EL AMIGO INOPORTUNO


Día tras día quedo atascada en un taco infernal camino al trabajo.
Son las 7:30 de la mañana y la fila no avanza, como la mayoría de las mujeres aprovecho el tiempo y me maquillo en cada luz roja que aparece en el camino.
 Pero ¡vaya sorpresa! Al mirar por el espejo retrovisor para encrespar mi mayor orgullo, mis queridas pestañitas porque ellas son mi arma número uno al momento de seducir por lo que les dedico tiempo y cuidado especial al momento de maquillarlas.
Bueno ya me distraje, como les contaba, me disponía a dar un toque de coquetería a mis pestañas cuando miro hacia atrás y zás! allí estaba, el clásico e infaltable macho recio al volante en pleno combate cuerpo a cuerpo, dejando hasta la última gota de sudor en una contienda a mi parecer bastante desigual, pero él no aflojaba, seguía y se esforzaba cada vez más. Por el espejo podía ver atónita como las venas de su cara se comenzaban a hinchar por el sacrificio que ponía en ello.
Tanto era su afán que no podía despegar mis ojos de lo que ocurría, ya había olvidado que estaba en un semáforo, cuando de pronto siento sonar las bocinas anunciando la luz verde y fue justo en ese momento que mi luchador pasó junto a mi y logré ver como victorioso y con una amplia sonrisa miraba en su mano ese maldito moco que no lo dejaba en paz.




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